Sorprendiendo incluso a parlamentarios de su bancada, el congresista oficialista Aurelio Pastor defendió la legalidad de su propuesta, para convocar a un nuevo Congreso debido a que este poder del Estado no aprobó reformas constitucionales y trascendentales para el Perú.
Sorprendiendo incluso a parlamentarios de su bancada, el congresista oficialista Aurelio Pastor defendió la legalidad de su propuesta, para convocar a un nuevo Congreso debido a que este poder del Estado no aprobó reformas constitucionales y trascendentales para el Perú.
Explicó que el artículo 134º afirma claramente que el Presidente de la República está facultado para disolver el Parlamento, si éste ha censurado o negado su confianza a dos consejos de ministros.
En ese sentido, consideró que el Gabinete Ministerial, que preside Jorge de Castillo, debería hacer cuestión de confianza sobre las frustradas reformas, y así dar paso al mecanismo constitucional.
Señaló que es grave y lamentable que el Parlamento no haya sido capaz de aprobar las reformas que el país requiere. “El Congreso no tiene posibilidades de tomar las grandes decisiones, tenemos, lamentablemente, hoy en día un Congreso inviable.”
Dejó en claro que no se trata de dejar al país sin representación, sino de elegir a un nuevo Congreso, que en su opinión sería más “homogéneo” y con resultados positivos, porque legislaría basado en el desarrollo que experimenta el país.
Estimó que la elección de los nuevos congresistas demoraría unos cuatro meses, plazo en el cual seguiría funcionando la Comisión Permanente, con todas sus facultades legislativas y de control político.
Pastor Valdivieso señaló que el mal de este Congreso es su atomización, la existencia de seis grupos en un Parlamento pequeño, que impide cualquier acuerdo.
Comentó que si hasta ahora no se han podido reunir 61 votos para aprobar la Ley de la Carrera Judicial, menos se van a conseguir los 81 votos para una reforma constitucional.
Argumentó que el problema de la representación parlamentaria peruana es que es elegida en la primera vuelta, cuando existe mucha dispersión en el voto y, además, su mandato de cinco años es muy largo. Indicó que este mandato debería reducirse a dos años, para dar paso a una renovación que exprese la composición política del país. Al respecto, el tercer vicepresidente del Congreso, Carlos Torres Caro, calificó de “impulso hepático” la propuesta de Pastor.
Recomendó, más bien, establecer una comisión que se encargue se presentar una propuesta de retornar a la Constitución de 1979, pero conteniendo algunos principios de la Carta de 1993, y eso plantearlo al Congreso, y si no obtiene voto de confianza, recién pensar en la disolución.
