(Video Cortesía IDL) Descalzo, en posición decúbito dorsal y empuñando la mano derecha sobre el pecho fue hallado el valeroso comandante PNP, Miguel Montenegro, asesinado cruelmente por nativos en la subestación Nro 6 de Bagua – Amazonas.

 

 (Video Cortesía IDL) Descalzo, en posición decúbito dorsal y empuñando la mano derecha sobre el pecho fue hallado el valeroso comandante PNP, Miguel Montenegro, asesinado cruelmente por nativos en la subestación Nro 6 de Bagua – Amazonas.

 

Las imágenes fueron difundidas por la ONG IDL y evidencian la violecia y el ensañamiento con el que actuaron nativos de la tribu Awajún – Wampis contra los miembros del orden, impulsados por civiles en procesos de identificación que protestaban durante el sangriento paro amazónico en junio pasado.

También se incluyeron videos del forzado traslado de los policías que fueron asesinados, aunque son casi las mismas que difundió el programa "Enemigos Íntimos" del periodista Beto Ortiz. Otras imágenes corresponden al sobrevuelo de un helicóptero de la Policía Nacional, tras la matanza en la petrolera.

Valiente actitud

Pero IDL también reveló detalles inéditos de lo ocurrido antes de la muerte de los policías, como por ejemplo el trabajo de conciliación que realizaba el comandante Montenegro.

"Todos los días, a las 9:30 de la mañana, el comandante Montenegro daba charlas de derechos humanos, pero el viernes cinco de junio las suspendió. A las nueve de la mañana mientras repartía pilas a los policías que harían guardia esa noche, el comandante prendió el televisor y sintonizó las noticias. Ahí salía que desde las cinco de la mañana se estaba produciendo el desalojo en la Curva del Diablo”, narró otro policía.

El testimonio agrega que en ese momento estaban rodeados de mil 500 nativos, que llamaban a los policías "asesinos”.
 “Fuimos hacia el comedor y comenzamos a agruparnos y quisimos practicar un plan de defensa, pero el comandante nos dijo que no lo hiciéramos porque podríamos provocar a los nativos”, comentó uno de los sobrevivientes.

Agrega que luego los nativos les arrojaron líquido a los ojos y los dejaron ciegos, por ello el comandante decidió salir al patio para hablar con el apu y el ingeniero.

"Montenegro les pidió paz, pero el apu hablaba con el resto de indígenas en su dialecto. Los nativos no le hicieron caso y ordenaron a viva voz: quémenlo, mátenlo”, indicó el policía.

Luego, el comandante cayó al piso “porque le clavaron una lanza en las piernas”. El apu perdió el control de la situación y también fue empujado por los nativos.

“El policía que estaba en el acceso principal jaló al comandante y lo cubrió con su escudo. Los nativos siguieron llegando con sus mujeres y niños, quienes nos quitaron nuestras armas y artículos personales. En el grupo también había reservistas y encapuchados con polos del Ejército”, relató otro sobreviviente.

Eran las 10:30 de la mañana. Había cuatro policías heridos. “Nos quitaron los borceguíes y nos volvieron a tirar el líquido a los ojos para que no los podamos reconocer. También nos tiraron lanzas en la cabeza. Nos llevaron a un aula de la comunidad. Les pedimos a los nativos que nos dejen llamar al médico que estaba en la subestación para que atienda a los heridos. Un policía encontró una tarjeta con saldo para el teléfono fijo. El comandante Montenegro les pidió permiso para que lo dejen llamar por teléfono. Lo dejaron salir, pero al rato regresó y nos dijo que habían cortado los cables”, agregó el sobreviviente.
 
Luego, los efectivos fueron sacados del aula y traslados hasta un camión. “Nos obligaron a entrar ahí. El camión avanzó y nos llevaron hasta las pozas petroleras. Hicieron que esperemos hasta la 1y30 de la tarde”, indicó.

“Nos amarraron las manos con unos alambres y con pasadores. En ese momento escuchamos que un helicóptero de la Policía estaba sobrevolando las pozas petroleras. Inmediatamente el comandante le pidió al apu que nos saque al patio para que nos vean, pero no aceptó”, enfatizó otro sobreviviente.

 

Al cabo de unos minutos, “hicieron que nos paremos y salgamos unos detrás de otro. Se quedaron veinte en el taller y los 18 restantes salimos. Nos llevaron caminando por la carretera unos diez minutos hasta una tranquera. Comenzamos a subir hacia el monte por una trocha. Cada nativo custodiaba a un policía. En ese momento volvió a pasar el helicóptero de la Policía”, agregó.

"Estábamos todos sentados y algunos comenzaron a llorar. El comandante Montenegro los trató de calmar. Varios nativos comenzaron a hablar en su dialecto. Uno pidió fósforos. Querían quemarnos. Luego escuché que rastrillaron las perdigoneras y mis compañeros gritaron. Vi como le clavaban las lanzas a uno de mis colegas y comencé a correr”, contó otro policía.

Mientras los 18 policías eran asesinados, los veinte restantes permanecían en el taller. “Alrededor de las seis de la tarde nos dijeron que nos iban a matar. Querían prender fuego a las pozas, pero se dieron cuenta que ellos también podían morir”, relató un sobreviviente.

FFAA negaron apoyo

A las 9:30 de la noche llegó un apu evangélico e hizo que los policías rezáramos por casi una hora. “En la madrugada llegó otro nativo evangelista y dijo que las cosas se habían salido de control. Preguntamos si sabía donde estaban escondidos los fusiles. Ese nativo nos ayudó y nos llevó hasta a un escondite donde encontramos cinco fusiles y diez caserinas”, agregó el policía.

En la madrugada, los policías pidieron permiso a los nativos para ir al cuartel del Ejército Mesones Muro para pedir ayuda. El apu que estaba a cargo aceptó. “En una camioneta de la compañía petrolera fueron tres colegas armados con fusiles. Llegaron hasta el cuartel y conversaron con el comandante que estaba a cargo del cuartel (comandante EP. David García Cabreros). No quiso ayudarlos, pero un militar llamó a la estación policial siete. Contestó un cocinero y colgó el teléfono”, sostuvo.

IDL-SC intentó contactarse con el comandante García para confirmar esta versión, pero no fue posible.  Al día siguiente, se encontró el cuerpo del comandante PNP Miguel Montenegro. Sin embargo, su cuerpo fue entregado recién dos días después a sus deudos.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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